BUSCANDO EL SILENCIO VISUAL
Querer demasiado o querer demasiadas cosas, en lo general, nunca ha sido una acción muy equilibrada.
Al igual pasa en nuestras viviendas o hogares, en donde debe prevalecer el bienestar o wellness, la tranquilidad o los silencios, tanto visuales como auditivos.
Los silencios visuales, o la falta de ruido visual, se consiguen con la acción de diseñar, decorar o ambientar, dando importancia al espacio por sí mismo.
Por ejemplo: una pared con un acabado y textura especial, que le da el sol o de piedra ya resulta interesante por sí sola.
En realidad es una buena filosofía en el diseño de interiores, ya que nos hace valorar todas las intervenciones y elementos que componen nuestro hogar, desde la distribución, a la ambientación o atrezzo.
Esta filosofía nos lleva a que apreciemos el menos es más, conduciéndonos a querer encontrar piezas específicas, únicas y enriquecedoras a contraposición de adquirirlas sin sentido y o demasiadas, y sin una finalidad concreta.
Por lo tanto adquirimos menos elementos o piezas.
Por lo tanto podremos adquirir piezas mejores – en todos los sentidos- y no significa necesariamente con un coste elevado.
En consecuencia no querer demasiado es una buena filosofía de vida y también en el Interiorismo Residencial.
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